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¿Quiénes se unirán en matrimonio del mismo sexo si los están matando?


Es 17 de mayo y hoy se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia. Desde ayer he visto noticias que revelan que la sociedad mexicana no se ha unificado en el respeto a la diversidad. Nos falta, y urge cambiar porque la intolerancia en el ámbito de la sexualidad está costando vidas.

Mientras muchos celebramos la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en Hidalgo y San Luis Potosí --con ellos suman ya 16 estados del país que lo han aprobado--, la organización civil Letra Ese presentó su informe Violencia extrema, los asesinatos de personas LGBTTT en México. El título ya nos da la idea de por dónde va el panorama que nos muestra y que documentó en el periodo 2013-2018.

En esos años al menos 473 personas LGBT fueron asesinadas por motivos relacionados a la orientación sexual o a la identidad y expresión de género percibida de las víctimas. Eso se traduce en 79 asesinatos al año. La causa de muerte de ninguna persona debe ser el odio.

Si ya la cantidad de esos crímenes de odio es inaceptable, los autores del informe advierten que puede ser mayor, pues sólo contabilizaron los asesinatos reportados en notas periodísticas y éstas no reportan todos los casos que en realidad suceden.

Así que si tu sobrino, tu hijo o tu primo es gay, en este país podría ser asesinado. Si tu hija es bisexual, si tu vecino o un amigo es transexual o conoces a un hombre que gusta de vez en cuando vestirse de mujer, ella y ellos podrían ser asesinados. Se lee terrible, pero debemos ser conscientes de la intolerancia que prevalece a nuestro alrededor. Sólo así podremos modificar actitudes que dañan de forma irreparable a otros.

Entender que no todas las relaciones de pareja deben ser entre un hombre y una mujer es el punto básico para entrenar nuestro respeto a quienes se enamoran o les atrae físicamente una persona de su mismo sexo. ¿A nosotros (los heterosexuales) qué nos importa si las personas homosexuales, transexuales o bisexuales aman de manera distinta? Ni siquiera se trata de tolerar su forma distinta de relacionarse en pareja, sino de respetarla. Es un asunto que tiene que ver con su vida privada.

Eso, por fortuna, cada vez lo entienden más niños, niñas y adolescentes, para quienes lo importante es el amor y la no violencia, sobre todo en el ámbito escolar. Donde hace falta recordarlo, entenderlo y asumirlo es en el mundo adulto, por lo que no está mal preguntarnos ¿cómo andamos en casa?

Habrá quien responda: “los respeto, pero que no entren a mi casa”, “sí me caen mal, pero de eso a asesinarlos, es otra cosa”, “pinches viejas, odian a los hombres y por eso se vuelven lesbianas”, “detesto verlos besándose, pero no las mataría” o “si mi estilista es mi mejor amiga porque aguanta todos mis chistes, ¡jajajaja!, claro que no la mataría”. Puede ser que quien se exprese así no tenga alma asesina, pero el hecho de hacer chistes ofensivos, sentir que son asquerosos o quererlos lejos, son actitudes violentas y alguien incapaz de controlar su enojo y rechazo sí puede llegar a la agresión física y al asesinato.

Además de que si los hijos ven que esa es nuestra actitud, asumirán que las parejas distintas a la de hombre-mujer son malas porque se sale de la “norma”, cuando lo que deberíamos enseñarles es que es deber de las mayorías cuidar que se respeten los derechos de las minorías.

Es de celebrar que la mitad de los estados del país ya reconozcan como matrimonio legal a los constituidos por personas del mismo sexo, pero insisto, nos falta mucho para lograr que nadie mate a otra persona por odio a su orientación sexual. Desde Sexualidad ATI seguiremos haciendo lo que nos corresponde: educar en la diversidad y el respeto.

Si es de tu interés, aquí puedes consultar el informe completo de Letra S

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